No es guapa, no. Pero se lo inventa. Sabe que si sigue adelante llegará lejos. No le importa el brillo de sus ojos, la longitud de su cabello, o la forma de sus manos. Se limita a sonreír, a hacer oídos sordos, y a soñar. Pero despierta, de los sueños que tiene cuando está dormida nunca se acuerda. Y sigue luchando en la batalla de nadie, para ser la vencedora de su propia guerra. A veces, necesita un poco de cariño y afecto. Y sabe que aunque tenga amigos, ellos son también competidores. Y que, a veces, si les escucha, puede que se quede sola.
Y pasea por las mojadas calles invernales y estrechas, pensando que en algún lugar del mundo hay gente disfrutando, llorando, gritando, sufriendo. Y le dan ganas de perder el control, pero como es Lunes por la mañana , se limita a despeinarse, finjiendo que es la protagonista de un espectáculo antes millones de personas. Luego, apaga su reproductor de música. Sonríe, mirando a pantalla, e imagina que un día la carátula de su CD estará allí, con el título de la canción de su vida. Que miles de personas dormirán a la cola del recinto donde vaya a comenzar su show. Que gritarán por ella. Que cantarán, como si de himnos se tratase, sus canciones. Que la esperarán. Que personas en el mundo gritarán, disfrutarán, llorarán o sufrirán por ella. Porque si no te puede hacer daño, ni de lejos podrá hacerte feliz.
No vuelve a la realidad, porque ahí es donde está la gente gris, que se derrite, humilla y congela a la luz del sol. Llenos de prisa, sin risa. ¿Cómo alguien puede querer ser así?
"Yo, desde luego, no"
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
es precioso.
ResponderEliminar