domingo, 21 de noviembre de 2010

La primera vez que la vi estaba haciendo cola, esperando por un café. Sujetaba un libro sobre signos compatiles. Tanía que haber hablado con ella, tenía que haberlo intentado. Pero me quedé sin respiración ni aliento por culpa de ese toque de sus ojos.
Tuve suerte, ya que se presentó como Kate. Sólo pude contestarle "Eh, encantado de conocerte. Me ha gustado que me hayas saludado". Me emocioné demasiado, perdí la cabeza otra vez. Sacó un boligrafo del bolsillo y en el ticket que le acababa de dar el dependiente, apuntó su número, y una nota. "Pasemos un buen rato". Me lo dio.
Si ves a Kate, dile que la estoy buscando. Si ves a Kate dile que la busco.Ella es tan increíble... Esa chica no se aparta de mi mente.
Coincidí con una amiga suya a la semana siguiente en la misma cola. Me vi obligado a hablarle de Kate. Ella no se sorprendió, aconsejándome que la sacara de mi cabeza. Que siguiera haciendo cola. Que la había visto hacer eso a hombres una y mil veces. Entonces... Kate tiene un representante de amor en cada sitio. Atrae a una multitud allá donde va. No es algo que me importe, respondí. No al podía sacar de mi mente. No podía sacarla de allí.
 Nunca la volví a ver. 


Era una estrella, que brilla como el sol . Ven, Kate, y susúrrame al oído que quieres ampliar mi horizonte. Sírvete de mi boca. Y quédate conmigo, hagamos el día mas largo. Querrás ser la única. Te llevaré al cielo. 


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