martes, 23 de abril de 2013

Yo tengo algo divino dentro. No sé si esa afirmación me quita modestia o humildad, pero desde luego he de aferrarme a ello para seguir adelante. Fuera no tengo nada divino. Me gusta suponer que no hay nadie feo, sólo personas a las que no accedemos a ver la belleza que hay dentro de ellas.  Es gracioso lo de las caras; un día te levantas, te miras al espejo y piensas que sí, ese eres tú, esa es tu cara. Pero otros días te cuestionas verdaderamente si esa persona eres tú. ¿Tú eres tu cara? ¿Es todo lo que realmente eres?
Yo no me veo reflejada en mi cara. Hoy no. Alomejor mañana sí. ¿Por qué? Sé que hay muchas chicas que son infinitas veces más guapas que yo, despeinadas, sin maquillar. ¿Por qué yo? ¿Porque fui tu elección? ¿Por qué esta cara?.
Hay muchas cosas de mí que no me gustan, pero tampoco tengo la fuerza de voluntad suficiente como para cambiarlas. Soy débil. No sé afrontar las situaciones que me depara el día a día. Yo creí que este problema de adolescente, se quedaría clavado con una estaca en fotos sepia que almacena mi memoria, precisamente acordándose de eso, de la adolescencia. Que todo se me pasaría una vez encontrase a una persona que me quisiera tal y como soy, una persona que me arropa, que es sincera y que me regala su respiracion día a día. Pero parece ser que el aspecto físico es algo que me preocupa de una forma intrínseca, que hace que me duela la cabeza. Y de verdad, es una puta mierda. Yo predico lo contrario, el quererse a sí mismo, y, de verdad, me cuesta ver a alguien no agradable a la vista entre mis amigos. Me jode que no se vean hermosos. Pero, es lo de siempre, lo que le pasa a mucha gente, y lo que me hace daño al ser precisamente igual a la masa; sé como manejar las situaciones ajenas, pero no mis asuntos propios. ¿Eso me convierte en el desastre humano que realmente soy?
Perdón por escribir siempre en tiempos de crisis, pero es cuando más desahogo sientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 

Made by Lena