sábado, 3 de noviembre de 2012
Me gusta beber té sola, y leer sola. Me gusta ir sola en el bus, y caminar sola hacia casa. Me deja tiempo para liberar mi mente. Me gusta comer sola, y escuchar música sola. Pero cuando veo a una madre con su hijo, a una pareja, o dos amigos riendo, me doy cuenta de que, por mucho que me guste estar sola, no me gusta sentirme sola. El cielo es precioso, pero las personas están tristes. A veces me gusta estar sola porque sé que no estoy sola.
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