lunes, 19 de noviembre de 2012

¿Qué es lo más divertido que podemos hacer las personas sin quitarnos la ropa?

Soy un acto de desaparición mal hecho. Similar a cuando el gato se come un canario y su tos está llena de plumas. No sé desprenderme, no sé dejar atrás. Seguramente, sea porque vales tu peso en oro; sólo hay que decírselo a mis párpados, porque cuando cierro los ojos, tú siempre estás detrás de ellos. Dejaré la revolución para mi cama, y la locura para los conejos. Dirigiré esa revolución, no habrá más guerra, no habrá más ropa, me aseguraré de que las cremalleras crujen. Nunca había escuchando un sonido mejor que mi nombre saliendo de tu boca. Te defenderé, yo mataré guarras por tí; en esta enfermedad que eres tú, yo soy el glóbulo blanco que lucha como el más poderoso y ambicioso guerrero por tí. Prometo, que nunca me volverás a recibir con los ojos de caleidoscopio, brillantes de pura tristeza. Juro, por Dios, que quemaré el dinero en efectivo, para conspirar contra tu cuerpo esta noche. Ellas saben, tú sabes, yo sé, que no se parecen a mí. Ni final agridulces, ni principios salados. Mejor períodos de cocinar, de dolor de espalda causado por la basura de colchón y su crujir de muelles. Prefiero dedicarte mis delirantes palabras, que una canción escrita por una máquina en Londres. Prefiero que mi propio piano sea el que conoce algo que ni yo misma sé. ¿Qué es lo más divertido que podemos hacer las personas sin quitarnos la ropa?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 

Made by Lena